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NOTA DE PRENSA

 

PRONUNCIAMIENTO DEL INSTITUTO BOLIVIANO DE COMERCIO EXTERIOR A FAVOR DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA PARA EL AGRO

 

 

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), como entidad técnica coadyuvante al desarrollo del país, frente a una Acción Popular interpuesta para bloquear la agrobiotecnología en Bolivia, advierte sobre las serias consecuencias que ello podría traer para la economía, la estabilidad social y los empleos de los bolivianos.

El modelo productivo cruceño, basado en la agropecuaria, la agroindustria y la agroexportación, no solo ha contribuido a lograr la soberanía alimentaria del país sino a generar excedentes para alimentar a millones en el mundo a partir del mancomunado trabajo entre collas, cambas y chapacos, en pacífica convivencia.

Solo en este siglo, cerca de 13.000 millones de dólares por la exportación de 34 millones de toneladas de soya y derivados ha sido el generoso aporte del sector oleaginoso a Bolivia, contribuyendo a la estabilidad del Boliviano y la economía. Pero si esa es su importancia económica, su dimensión social es mayor: más de 100.000 empleos directos e indirectos y un 1.000.000 de personas se benefician del sector, todo lo cual entra en riesgo, si prospera la mentada Acción Popular.

¿Se habrá enterado esta gente, de la práctica conservacionista en Santa Cruz para el 80% del área de cultivo de la soya, con la técnica de la siembra directa y la rotación de cultivos? ¡Orgullo de nuestro modelo productivo, consecuencia directa de la agrobiotecnología para hacer sostenible el uso del recurso “tierra”!

Desde el IBCE advertimos que la salud de la economía está en peligro, no solo por la pandemia del Covid-19 que ha destruido ya más de 430.000 empleos en el país, sino que -de no tomarse políticas valientes e inteligentes para impedir que la recesión vaya más allá del 2020- mucha gente volverá a ser pobre.

La esperanza de reactivar la economía y crecer más, fundamentada en sectores de rápida reacción como la agropecuaria, la agroindustria y la agroexportación pretende ser bloqueada por algunos individuos nacionales y extranjeros, que no entienden el tiempo que vivimos y la urgente necesidad de combatir la pobreza.

Frente a la realidad de nuestra pujante agricultura a escala y con tecnología moderna, que tanto beneficia a Bolivia ¿cuán realista es la romántica idea de cultivar un huerto para producir cada uno su propio alimento? ¿Sacará eso de la pobreza a la gente? ¿No es aquello un calco de la agricultura de subsistencia del Altiplano, desde donde tantos pobres vienen a Santa Cruz a probar suerte?

Esta maquinación de organizaciones radicales que rechazan la pacífica coexistencia de diferentes modos de producción coarta la posibilidad de un mayor desarrollo agropecuario y pone en vilo la soberanía alimentaria lograda en base al exitoso modelo productivo cruceño; además, abre la posibilidad de un retroceso en la producción de soya y cultivos de rotación como trigo, maíz, sorgo y girasol, y así también, la producción de carnes y lácteos.

Cuando se avizoraba la posibilidad de que Bolivia crezca como nunca antes, generando más de 1.000.000 de nuevos empleos a mediano plazo, de la mano de la agrobiotecnología, aprovechando el potencial productivo en Tarija, Beni y Santa Cruz ¡qué triste es ver que un puñado de personas se empeñe en evitarlo!

¿Quieren producir para autoconsumo en sus jardines y huertos? ¡Háganlo! ¿Quieren producir alimentos “orgánicos” y “ecológicos” caros? ¡Adelante!


Nosotros queremos producir más y mejores alimentos; alimentos económicos; alimentos sanos; producidos de una forma amigable con el medioambiente y sin comprometer la biodiversidad. Queremos, además, una mejor calidad de vida para nuestros productores del agro, salvaguardando su derecho al trabajo como un derecho fundamental, ya que si se les coarta y se les quita ese derecho, también se atenta contra su derecho a la vida, a la salud y a otros derechos fundamentales, en suma, a una vida digna. ¿Es demasiado pedir, entonces, el pleno uso de la agrobiotecnología en el país, para lograr todo esto que es bueno para el país y los bolivianos?

Confiamos que quienes tienen la responsabilidad de decidir sobre tan importante tema, no olviden que de su decisión dependerá, en gran parte, el futuro de Bolivia.

 

Santa Cruz de la Sierra, 1 de septiembre de 2020